
19 Mar La boda de Susi y Juan en Altea
«Me casé el pasado 28 de septiembre y lo sigo recordando cada día como el mejor día de mi vida, y más ahora, que nos acaban de enviar todo el material de fotos y vídeos, ¡que emoción! La boda tuvo lugar en Altea. Me encantaría compartir mi experiencia por si puedo ayudar o inspirar a alguien. ¡Espero que os guste!»
Nuestra boda
Juan y yo nos casamos el pasado 28 de septiembre en el que para nosotros es un sitio demasiado especial, Altea. Yo soy alicantina y él madrileño, y nuestros caminos se unieron para siempre hace 4 años por un amigo en común.
La Iglesia escogida para la celebración fue Nuestra Señora del Consuelo de Altea, una iglesia preciosa, luminosa, techos altos y con un encanto especial, ya que es parada obligatoria cada vez que visitamos Altea. Ya de por sí es una Iglesia imponente, pero ese día, tenía un brillo especial.
Vestidos de la novia y del novio
En cuanto al vestido de novia, tuve la gran suerte de poder hacer realidad los 2 vestidos de mis sueños. Para el primero, escogí a la maravillosa Castellar Granados. Me gustan las personas con un estilo diferente, reconocible y especial y no tuve dudas en mi elección. Supo captar al instante la esencia de mi vestido, y desde la primera prueba, estuve segura de que el resultado final sería algo increíble, y nunca visto en novias. Para la Iglesia decidimos añadirle mangas abullonadas y plisadas, como la parte superior del vestido, y la cola de 2 metros, en gazar de seda. Los pendientes tan especiales tienen un especial significado familiar para mí, y no me los quité en toda la boda, es mi joya favorita de todos los tiempos. Como buena apasionada de los zapatos, mi mejor amigo me los regaló. Lo que les hacía todavía más especiales es que son completamente personalizados y forrados de la misma tela que la cola del vestido.
Y llegó el momento de mi segundo vestido, con el aire hollywoodiense antiguo que tanto me ha gustado siempre. Y quien mejor que Redondo Brand para hacerlo realidad. Era un vestido escote halter en lentejuela pequeña con un pronunciado escote en la espalda, y con un toque muy especial, manguitos de plumas de avestruz, ¡una auténtica fantasía!. Me cambié para el momento del baile y añadí unas plataformas de Castañer para bailar toda la noche.
Juan estaba increíble con un traje confeccionado a medida en Mansolutely Madrid.
Mi madre iba vestida de Marcos Luengo con un conjunto rojo elegantísimo y esmeraldas a juego, estaba espectacular.
De la peluquería se encargó Iván, de SAGOA, llevé una coleta ondulada y luego con el segundo vestido, me solté la melena con ondas al agua. Me maquilló Raquel Castillo, una auténtica crack, que supo potenciar mis rasgos y dejarme divina.
Invitación, detalles y elementos de papelería
Amae Paper Studio Madrid se encargó de toda la papelería de la boda. Para el diseño nos inspiramos en el mar, en Altea y en los verdes de la finca, quedó todo espectacular.
Regalos de los invitados
Queríamos que cada invitado se sintiera todo lo especial que es para nosotros y dieran uso a los regalos, así que no faltaba detalle. Para las invitadas, regalamos un pack de pintalabios y eyelines de Mac, como buena apasionada del mundo beauty que soy, ¡triunfaron! Y para los invitados, reglamos una botella de limoncello que se bebieron en la propia cena, creo que también les encantó.
Además, escribimos notas personalizadas para cada invitado, y para los más íntimos, también fotos polaroid con los mejores recuerdos juntos. También pusimos cámaras desechables en cada mesa y una botella de tequila para los capitanes de mesa. Para las recién estrenadas mamis y futuras, encargamos baberos personalizados con el nombre del bebé.
Ramo de flores, decoración, candy bar, etc.
La Tartana se encargó de toda la decoración floral, tanto de la Iglesia como de la finca. Desde el principio tuvimos claro que queríamos todo en tonos verdes y blancos, con muchas velas, candelabros y lámparas de cristal, y no pudo quedar todo más ideal, de cuento. El ramo era en forma de cascada con mis flores favoritas: orquídeas blancas.
La cena se celebró en el patio de la finca más bonita, Casa Santonja, en Denia, a la luz de las velas. La mantelería blanca con servilleta verde para hacer contraste. Pusimos en la parte de la fiesta un Fotomáton de Risbox, diversión asegurada, y añadimos dos sillones tipo Emmanuel para el fotocall.
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